y TJ Melton
La semana pasada TJ y yo probamos y criticamos unos tamales de Publix, el restaurante Monterrey’s y Toni's Tienda. Cada lugar tiene su propia manera de hacer y presentar esta comida, pero la verdad es que preferimos los tamales más naturales y menos procesados. Por supuesto, los tamales en lata de Publix (“La Preferida”) no tuvieron buen sabor y además fueron cubiertos de algo semejante al plástico, no las hojas de maíz que usamos en clase. Es más, los tamales contuvieron mucha grasa, pero una lata sólo costó $1.99. Como la comunidad hispana de Greenville es considerable y el tamal es una comida muy conocida y muy importante para la cultura mexicana, los supermercados como Publix quieren que este producto sea asequible para todos.
Los tamales de Monterrey’s a mí no me gustaron, pero a TJ le gustaron bastante. Los sirvieron con frijoles, masa, queso derretido, y carne picada – no tuvieron la hoja de maíz. Fueron más “frescos” que los en lata de Publix, y también no costaron mucho. Es posible ver en las fotos incluidas la diferencia entre los tamales de lata de Publix y los tamales más naturales y orgánicos de Toni’s Tienda, que fueron hechos a mano el día antes de que los compramos. De todos los tamales que probamos, éstos fueron más semejantes a los que preparamos en clase – envueltos en hojas de maíz, también contuvieron un relleno de carne. A diferencia de nuestra clase, estos tamales usaron pollo, no puerco. Además el sabor de los tamales de Toni’s Tienda nos recordó a la salsa verde que hicimos el viernes pasado. Esta manera de hacer tamales a mano y con productos locales y naturales destaca perfectamente la idea de “comida lenta.” En una cultura tan rápida e industrial como la de nosotros, aún los tamales – normalmente hechos a mano – están relegados a una lata en el pasillo del supermercado. Pero es bueno saber que todavía se puede comprar tamales cómo deben ser hechos en lugares como Toni’s Tienda.
Aunque es posible comprar los tamales “rápidamente” (en latas), los mejores tamales hacen uso de los productos locales y requieren la habilidad, el tiempo, y la atención de los cocineros, como durante la época de los aztecas. Sin estos elementos, comer tamales es más o menos semejante a comer comida rápida o basura. El acto de preparar los tamales forma parte de la experiencia de comer comida mexicana, y también subraya la importancia de comunión que está vinculada a la preparación de esta comida.
El acto de compartir la comida tiene que ver con la comunión de personas también. Por eso, preferimos los tamales que hicimos en clase. Con sólo productos sencillos y algunas horas, preparamos los tamales y experimentamos el placer de hacer y comer “comida lenta.”